Shakespeare dijo que la única forma de madurar era aprender a soportar los golpes que da la vida.
Todos tenemos golpes en la vida y esa dolorosa experiencia es algo que debe ir haciendo crecer nuestra madurez interior. Para ello debemos saber aprovechar esos golpes, saber sacar todo el oculto valor que encierra aquello que nos contraría.
Y por qué estos golpes a unos les hunde y a otros les hace crecer? Depende de cómo se reciben esos reveses.
Quien no sabe asumir un golpe pierde una excelente oportunidad de madurar. La irreflexión, el victimismo, la rebeldía inútil, hacen que esos golpes duelan más, que nos llenen de malas experiencias y de muy pocas enseñanzas.
La experiencia de la vida sirve de bien poco si no se sabe aprovechar. El simple paso de los no siempre aporta por sí mismo madurez a una persona, eso es algo que se alcanza siempre gracias a un proceso de educación y auto educación que debe saber abordarse.
Los padres deben estar cercanos a los hijos pero no en todo momento. Los hijos han de aprender a enfrentarse a solas con la realidad, ha de aprender a darse cuenta de que hay cosas como la frustración de un deseo intenso, la deslealtad de un amigo, la tristeza ante las limitaciones o defectos propios o ajenos, cosas que se deben aprender a superar por sí mismos.
Por mucho que alguien te ayude, al final siempre es uno mismo quien ha de asumir el dolor que siente y poner el esfuerzo necesario para superar esta frustración.
Saber encajar los golpes de la vida no significa ser insensible. Tiene que ver mas con aprender a no pedir a la vida mas de lo que puede dar.
Es importante ser tolerante y saber cedes pero sin dejar nuestros derechos ni abdicar de la propia personalidad. Vivir sabiendo que todo lo grande es fruto de un esfuerzo continuado, que siempre cuesta y necesita tiempo.
Si queremos mejorar nuestro entorno mejorar nuestro entorno necesitamos armarnos de paciencia, prepararnos para soportar contratiempos sin caer en la amargura.
Por la paciencia el hombre se hace dueño de sí mismo, aprende a robustecerse en medio de las adversidades, nos provee de paz y serenidad interior.
Hay que mantener perspectiva, esperanza y alegría en medio de las dificultades.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
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Así se habla!!! Pero... cuando los golpes nos los propina el projimo/a.. debemos tambien encajarlos con educación y paciencia, o es mejor devolverlos, para que el "golpeador" también aprenda algo y rectifique su conducta??
ResponderEliminarDificil disyuntiva...
Javier
A mi parecer, la violencia atrae más violencia y, en una lucha de poderes, pueden salir lastimados ambos.
ResponderEliminarSí! hay que tratar de enseñar, pero con el ejemplo de una actitud pacífica, amistosa y tolerante, sabiendo que el que tiene la razón no encuentra razones para levantar la voz.
Bien, creo que es la mejor opción, aunque en ocasiones necesite algun "refuerzo"
ResponderEliminarSaludos
Javier
1 – 23 de 23
ResponderEliminarClaro que sí, de todos los golpes que nos da la vida, que nos dan o que nos damos; siempre aprendemos. Parece, creemos que sabíamos, pero no, que va, aun hay más.Siempre hay más. Ocurre a veces que tenemos momemtos en que sólo se nos juntan los golpes y los sinsabores y nos paramos nos queremos rendir.Pero una fuerza interior nos saca adelante nos hace luchar y desear con ahínco salir a flote, ser felices que es definitiva de lo que se trata.