viernes, 22 de enero de 2010

Dar, dar y... darse


La verdad es que dar es una acción maravillosa, ya no se trata de las grandes donaciones o los grandes esfuerzos, solo hablo del dar de cada día, esos pequeños detalles que consiguen grandes edificaciones, las del alma.
Dar algo pequeño, cotidiano, común, también tiene su encanto, cuando casi pasa desapercibido, a veces, alguien lo ve o lo agradece, como cuando en un atardecer pienso "el sol es ecuatoriano" y lo veo majestuoso en el cielo, tornándolo rosado, naranja, celeste... y permitiéndome verle directamente y pensando también que es un regalo que Dios hace a los hombres, y que si te pierdes el del lunes, te lo envía de nuevo el martes, el miércoles y así... para que no te lo pierdas.
Qué es lo más lindo de dar? la intención con que lo haces, el amor que le pones, sin importar si es preparar una tacita de café, una notita en el espejo del baño o encontrar arregladito el cajón de las medicinas, todo vale, todo cuenta, todo es una demostración de cariño.
Y el recibir? Uff parte importantísima y de gran humildad, sobre todo porque el protagonista es siempre el que da, entonces, pasar a ese segundo plano, es reconocer que se necesita eso que nos están dando y que recibimos esa generosidad con gratitud y con el mismo cariño con que nos lo están entregando.
Dar y recibir, dos acciones valiosísimas que en definitiva sólo dicen: "te quiero" y "yo también te quiero"

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